Cómete una rosca

Para la biblioteca de cenas: rosca de jamón y emmental.

Otra cena recurrente y socorrida a la par que rica es la rosca rellena. Bien, hay varias marcas blancas que se dedican a la superproducción de roscas: Mercadona, Hipercor, Supersol, Eroski... por poner algunos ejemplos... La verdad es que todas no son iguales y yo recomiendo una cata de roscas precocinadas hasta encontrar la buena. Además hay algunas, como Mercadona, que por 1 eurazo te venden la rosca sin na para que la rellenes como te plazca con lo que encuentres por la nevera en ese momento. A los rellenos de rosca dedicaré más líneas porque una vez que la sacas del horno tostaditas se merecen un post aparte por lo pronto.

Para el superviviente de la cena, ese animalucho nocturno que busca sin sentido un chusco de pan en la nevera con la intención de llenar su desolado estómago de forma rápida y rápida básicamente, la rosca se convierte en una especie de salvavidas con forma de flotador al que puede agarrarse en las noches frías.

El único inconveniente a mi entender, aunque con hambre yo me como los cantos del pasillo, es que el jamón que queda por fuera se queda tieso como una mohama y el queso se derrite y deja el horno recubierto de un humeante carbón negro. Pero una vez superado este trance, el pan crujiente y calentito y el quesito con el jamón, hacen que uno se siente en el sofá satisfecho a ver tranquilamente a Melinda Gordón con sus escotes, su rimmel y sus fantasmas (hoy es martes).